El personal de limpieza y los celadores también son héroes con bata.

El personal de limpieza y los celadores también son héroes con bata.

Hay un refrán popular que dice que “sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena”. El refranero español es sabio y suele acertar en aquello a lo que hace alusión.

Un dicho que bien podría aplicarse a muchos trabajos que hasta ahora, hasta esta crisis sanitaria provocada por el COVID-19, han pasado desapercibidos. En el ámbito de la sanidad el éxito de un hospital reside en el engranaje perfecto de todas las áreas que lo conforman: equipos directivos y administrativos, personal sanitario, de mantenimiento, celadores, personal de limpieza… y así hasta los cerca de 1.900 profesionales que forman parte de la plantilla, interna y externa, del Hospital Mancha Centro de Alcázar de San Juan.

En estos días se habla mucho del personal sanitario y de su trabajo para salvar vidas. Sin embargo, hay otros colectivos, tanto en este centro hospitalario como en muchos otros, donde ahora, desafortunadamente y dada la situación, se está poniendo en valor su labor. Dionisia Sánchez Alcolado, encargada de la empresa de limpieza del Mancha Centro (Sacyr), y Herminio Martínez, celador del Hospital de Tomelloso, nos cuentan cómo, desde sus respectivas áreas de trabajo, están viviendo esta situación.

«Limpiamos y también ofrecemos terapia»

Dionisia Sánchez Alcolado es la encargada de la empresa de limpieza del Hospital Mancha Centro de Alcázar de San Juan. A su cargo, junto con un supervisor, hay un total de 60 personas. Una plantilla que estos días se ha visto reforzada con la contratación de más personal, hasta 30, dado el aumento de trabajo y las bajas laborales. “Hasta las fecha son 24 las personas en situación de baja laboral, no todas ellas por COVID-19. De hecho sólo tres de nuestras trabajadoras han dado positivo, el resto tienen síntomas pero están sin confirmar”. En esta línea, Dioni explica que todavía están a la espera de que el personal de limpieza pueda someterse a los test. “Desde el hospital nos ha asegurado que a lo largo de los próximos días nos los harán”.

“Estamos viviendo una situación anómala. Afortunadamente estas dos últimas semanas están siendo más tranquilas pero al principio fue todo muy duro tanto a nivel físico como mental. No se está preparado para ver a tantos pacientes y en situaciones tan dramáticas por la soledad de la propia enfermedad”, asegura.

“Desde el servicio de limpieza nos hemos empleado a fondo, nunca mejor dicho. Aunque teníamos pautas hemos ido aprendiendo día a día. La carga de trabajo ha sido y está siendo exhaustiva. Una sobrecarga a la que hay que sumar la dificultad que conllevan los EPIs, el hecho de trabajar con materiales desechables y exclusivos para cada habitación y cada zona y, sobre todo, la carga emocional de ver a tanta gente sufriendo, personas mayores y jóvenes, a personal sanitario trabajando sin descanso…”. Una descripción de lo que es el día a día. Unas tareas de limpieza a las que también, como explica, añadimos “nuestra labor terapéutica. En la medida de lo posible echamos una mano con los pacientes con pequeños gestos: enseñarles el móvil, ponerles el pin, encenderles la televisión, acercarles la botella de agua o simplemente preguntarles qué tal y hablar un rato con ellos es muy enriquecedor especialmente para nosotras”, añade.

Dioni Sánchez asegura que “estamos haciendo el mismo trabajo que antes: limpiar, pero ahora si cabe con más intensidad y con protocolos muy estrictos porque también tenemos miedo a contagiarnos, ya no tanto por nosotras sino por nuestras familias. Un temor que hace que extremes las precauciones. Lo que sí está claro es que esta situación ha conseguido que se reconozca nuestra labor y el servicio que prestamos. Ahora somos más visibles y cada vez son más las personas, tanto del propio hospital como de fuera del centro, quienes nos felicitan y aplauden nuestro trabajo. Gestos que nos dan un gran apoyo físico y moral”.

Finalmente y en cuanto a la evolución del coronavirus, Dioni apunta que la situación ha mejorado mucho, “de hecho ya llevamos tres plantas limpiadas de manera integral y confiamos que esta semana podemos hacer una cuarta”.

Herminio Martínez y su trabajo como celador

El celador Herminio Martínez en la actualidad se encuentra trabajando en el Hospital de Tomelloso, una de las localidades del país más afectadas por el COVID-19 en esta crisis.

“Tenemos que ir súper protegidos, echándonos desinfectante cada vez que estamos con un enfermo, y tenemos que estar constantemente con muchísimo cuidado. Además, esto ha sido un caos total. Ha habido días de pasarlo realmente mal tanto médicos como enfermeros y auxiliares. Hemos vivido un momento trágico. Con palabras no puedo describirlo”, explica Martínez, que desarrolla las labores de celador en el hospital y tiene que trasladar a diario a enfermos de coronavirus de unas secciones a otras.

“La situación ha estado muy complicada”, sigue explicando. “Ahora ha bajado un poco la oleada de contagios, pero hemos pasado ratos desagradables. Tomelloso ha sido de las poblaciones en las que más gente ha muerto. Ha habido gente joven que no ha logrado superarlo, sobre todo a partir de 60 años con patologías previas. Ha sido una sensación muy desagradable”, relata Martínez.

“Creíamos que esta enfermedad era una broma y no lo es. El coronavirus te va comiendo los pulmones, la gente se va ahogando y es entonces cuando viene la intubación y hay que meterlos en la UCI. Los ves sufrir mucho y es una triste realidad. Ahora, Dios gracias, la gente ha asimilado que no tiene que salir de casa y tiene que tener mucho cuidado, pero esto va a pasar factura en todos los ámbitos, sobre todo en la salud, pero también en el tema económico”, describe Herminio.

Fuente: http://manchainformacion.com/noticias/89584-El-personal-de-limpieza-y-los-celadores-tambin-son-hroes-con-bata?fbclid=IwAR2hGL3xVE0n8Lc53pHbNCdQn3tN9VWwrzgAB23XJAGKVayJrYMoLJBqjPU

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